6 razones para viajar con una persona mayor

Llega el verano y todo el mundo empieza a hacer las maletas… ¿todo el mundo? muchas veces las personas mayores se quedan en casa también en vacaciones, y junto a ellos la mayoría de las veces sus cuidadoras principales. ¿Acaso no merecen unos días de descanso?

Cambiar de aires no solo es apetecible, sino que casi siempre que necesario. La rutina, que es muy beneficiosa en algunos aspectos, también puede ser una losa de la que es preciso descansar por unos días. Aquí te explico seis razones para hacer una escapada

1. Satisfacer vuestros intereses, manteniendo vuestra identidad

¿Cuántas veces nos sentimos atrapados o corriendo como un hamster en una rueda? ¿Cuántas veces pensamos que todos los días son iguales? La monotonía es un enemigo peligroso que puede afectar a nuestra salud en las tres esferas: física, mental y social.

Salir durante unos días a un lugar que nos guste, o ir a un concierto en otra ciudad o visitar a unos amigos que hace tiempo que no vemos, nos hace dar un sentido a la vida: teniendo unos objetivos en el horizonte y recordando quiénes somos y qué cosas nos gustan.

Contando los minutos para que empiecen las vacaciones.

2. Cuidar las relaciones sociales

Uno de los problemas en común de los ancianos y de las personas que dedican mucho tiempo a atenderlos, suele ser el aislamiento social. El ritmo tranquilo de los mayores, muchas veces está desacompasado con el frenesí que parece invadir todo.

Mas en verano todo se relaja, y es más sencillo retomar el contacto con aquellas personas con las que nos gusta estar. No dudéis en hacerlo. Tanto ir de visita, como recibir a otro en casa son dos puntos muy recomendables para esta época, que nos sacarán de la monotonía.

3. Descansar

Y unido al punto anterior, no nos olvidemos de este objetivo fundamental: necesitamos parar, relajarnos y dejar que nos ayuden.

Así que es buena idea planear un viaje a casa de algún familiar cercano, o de alguna amistad que nos pueda ayudar con los quehaceres diarios. Pero si no tenemos esa posibilidad, siempre podemos ir a un hotel, donde podremos despreocuparnos al menos de la comida, la compra y la limpieza. O, si el bolsillo lo permite, contratar a alguien que nos ayude en estos temas por unos días.

No siempre tenemos que poder con todo. Buscar ayuda nos ayudará a poder recuperar la energía perdida durante el año.

4. Mejorar la conexión entre vosotros

La convivencia siempre trae roces, pero cuando una de las personas además depende de la otra en algunas cuestiones básicas como aseo, comida o cuidado del hogar, esos roces pueden llegar a producir llagas. Quizás la sobrecarga o quizá la culpabilidad o la mucha exigencia, hayan deteriorado nuestra relación un poco.

Es el momento ideal para buscar un nexo común escogiendo un destino y unas actividades que os hagan divertiros juntos y crear nuevos recuerdos que atesorar. Así, vuestra foto en el paseo marítimo al atardecer tomándoos un helado gigante, puede servir de ancla emocional cuando lleguen días más difíciles.

5. Mejorar la salud

Ya os comentaba aquí y aquí que el ocio es un factor determinante de buena salud. Pues bien, las vacaciones son 100% ocio.

Es el momento de reducir el estres, mimaros, dormir, pasear, comer bien y en general cuidaros como no da tiempo el resto del año. Lo ideal sería poder instaurar hábitos que os faciliten el cuidado y autocuidado 365 días al año, pero, por algo hay que empezar. Y en vacaciones es más sencillo.

6. Divertiros

¿Qué sentido tendría todo lo demás si no nos divertimos? Aprovechad los días largos y desocupados para recuperar esas aficiones olvidadas o descubrir otras nuevas, para ir al cine o simplemente hacer un picnic en un parque cercano si es lo que os gusta.

Todo lo demás es secundario, pero sin diversión, las vacaciones pierden su sentido.

Dos claves para conseguirlo

Puede que todo esto os suene a palabrería, y estéis pensando «yo ya me canso enseguida», «mi marido se desorienta y está mejor en casa», «el viaje va a ser eterno con tantas paradas» o cualquier otra razón que haga dudar de salir unos días fuera. Y lo entiendo, puede parecer demasiado díficil.

Pero lejos de hacer un compendio de consejos sobre traslados, dietas y actividades que hacer con mayores voy a daros dos ideas que te ayudarán con todo lo demás:

Reducir las expectativas

Si nos embarcamos en un viaje pensando vivir mil aventuras, conocer muchas personas nuevas, descansar, visitar una ciudad cada día y cenar con compañía diferente cada noche, es posible que nos decepcionemos.

Pongámonos de objetivo disfrutar de cada momento, con lo que cada momento traiga. Haz planes sencillos, que puedan ser modificados sobre la marcha. Y si algo no sucede como estaba previsto no hay problema: estamos de vacaciones, nuestra única misión es divertirnos.

Saber adaptarse al otro

Estamos pensando en unas vacaciones para, al menos, dos personas (un mayor y quien le acompañe), con dos situaciones vitales muy diferentes y con sus propias filias y fobias. Es poco probable que lo que hagamos satisfaga a ambos en todo momento.

Es necesario equilibrar los gustos y apetencias para que todos lo pasemos bien. Quizá un día el hijo acompañe a la madre a tomar café con sus amigas septuagenarias, pero al día siguiente será él quién elija la película que ver juntos en el cine.

¿Y si nada funciona?

Si ya tenemos la experiencia de otros años, o unos planes a los que no queremos renunciar, pero que no es posible adaptarlos ¿qué hacemos? Quizá sea el momento de plantearse unas vacaciones por separado. Repito unas VACACIONES por separado. Insisto: vacaciones para las dos partes: tanto para el mayor, como para el acompañante habitual.

Aquí la duda es «¿qué hacemos con el abuelo?» o «es que a mi no me apetece estar un día de viaje entre aeropuerto y avión sólo para ir a una playa»

Muy sencillo, buscad un lugar o una persona que pueda encargarse de que el mayor también disfrute de su tiempo de asueto, descansando y divirtiéndose. Estad en contacto frecuentemente. Y sobre todo, disfrutad del momento. Cuando os reunáis tendréis un montón de fotos y experiencias que contaros, y así de alguna forma, alargaréis un poco más esos días tan deseados.

¿Qué vais a hacer vosotros estas vacaciones?

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