21 de Septiembre. Día mundial del Alzheimer.

NO SON NIÑOS, SON ENFERMOS.

De todas las afirmaciones que se oyen con frecuencia sobre los enfermos de alzheimer (y muchas veces sobre todas las personas mayores), la que más me incomoda, es que vuelven a ser niños. Lo repito, por si no ha quedado claro:

NO SON NIÑOS, SON ENFERMOS.

Os explico por qué esa afirmación es falsa.

Para empezar es evidente: su edad. Tienen 70, 80 , 90 años, a veces más, a veces menos. Eso quiere decir que han trabajado (en ocasiones levantando sus propios negocios), se han enamorado (y les han roto el corazón), han viajado, han creado una familia, han superado dificultades (y han naufragado en otras), han visto morir a la mayor parte de sus seres queridos… todo eso tiene un valor, son sus logros, aunque no los recuerden. Decir que son niños es negarles todo el camino que han recorrido. A vosotros no os gustaría que os lo hicieran, no lo hagáis vosotros.

Pero -diréis- a veces ellos piensan que son niños. Esto es un poco más complejo de explicar. Lo intentaré. Pierden sus recuerdos y también pierden la capacidad de aprender cosas nuevas. Pero no pierden los sentimientos. Muchas veces cuando tienen un sentimiento que no saben manejar, ese sentimiento les traslada a algún otro momento en que se sintieran igual. Es como un viaje en el tiempo, y las paradas son momentos muy significativos de sus vidas. No cualquier día, sino momentos de emociones muy intensas. ¿Recordáis una época de más intensidad que la infancia? Por eso se van tantas veces allí.

Sé que esto suena muy enrevesado, así que lo explico mejor con un ejemplo.

Juan vive en una residencia, ha ido una auxiliar a asearle. Lo hace hace dos años, pero como no puede aprender cosas nuevas no la reconoce. Él solo ha sentido que alguien le desnudaba cuando no quería. Le ha duchado -aclaro que la auxiliar ha sido amable con él en todo momento- y le ha acompañado a un salón donde le ha dejado cómodamente sentado. Le ha dicho algo, pero como es mayor no oye bien y no la ha entendido. Ahora está solo, asustado, y no sabe qué debe hacer y espera que alguien se lo diga. En su primer día en la escuela Juan también estuvo sólo, asustado y esperando que alguien le dijera qué hacer. Si le preguntas a Juan en ese momento es posible que te diga que tiene unos 7 años.

Juana vive en la misma residencia. A ella ha ido a ducharla un auxiliar, un chico. Juana también se sintió así en su primer día de colegio. Pero Juana estaba casada con un hombre que la maltrataba, incluyendo violencia sexual. Si le preguntas a Juana, lo más probable es que no te diga una edad muy exacta, porque su matrimonio fue largo, pero quizá mencione a su marido que -tal vez te dirá- se ha ido a trabajar hace un rato.

Aunque, sinceramente, la mayor parte del tiempo yo no estoy pensando en qué edad tengo. Y ellos tampoco lo hacen.

Más razones que alimentan ese mito. Pierden facultades. Dejan de hablar, dejan de caminar, dejan de comer, necesitan pañal, tienen «pataletas»… Sí, eso es cierto. Pero sólo son los síntomas de su enfermedad. Si alguien tiene un accidente y por desgracia se rompe la columna, también le pueden suceder todas esas cosas. Sin embargo nadie pensará que es un niño, dirán que su accidente fue una putada. Alzheimer es una putada.

Y para terminar. A veces se dice que son niños, cuando lo que se quiere decir es que es como cuidar a un niño. Quién dice eso suele ser una cuidadora agotada y con sentimiento de soledad, que necesita un poco de ayuda y comprensión. Dice eso porque es la forma más sencilla de que alguien empatice, todos sabemos lo agotador que es cuidar un niño o un bebé. Pero no es así. Cuidar a un enfermo de alzheimer es mucho, mucho más difícil que cuidar un niño. El tamaño no es el mismo. Tampoco ha sido una decisión voluntaria, como sí lo es tener un hijo. Y sobre todo, la esperanza de verles crecer y ser cada vez más independientes, en este caso se cambia por una realidad abrumadora y aplastante: al final del camino está la muerte de un ser querido.

Así que si alguna vez volvéis a oírlo, recordad:

NO SON NIÑOS, SON ENFERMOS.Y QUIEN OS LO ESTÁ DICIENDO SEGURAMENTE NECESITA AYUDA.

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