Hoy es el día de la educación social. Aún una desconocida, pero que crece imparable.
Y voy a aprovechar la ocasión para reivindicarla en mi campo de trabajo, donde los edusos somos la excepción: los mayores.
La tercera edad necesita de la educación social:
para asegurar que se cumplan sus derechos,
para que se les trate como las personas que son, huyendo de estereotipos,
para intervenir ante la soledad no deseada que tantas veces es compañera de vida,
para ayudar a plantearse y conseguir nuevas metas, dentro de un proyecto de vida plenamente satisfactorio,
para ayudar a visibilizar su condición de adultos mayores,
para formar, apoyar, acompañar y sostener a las cuidadores de la tercera edad.
Me encanta mi trabajo